miércoles, 16 de junio de 2010

Emergencia educativa


Si un médico tiene un error durante una operación, el paciente lo suele sufrir de modo instantáneo. Si un bombero es perezoso o negligente, el que está en peligro por una emergencia lo paga caro en ese mismo instante. Si un miembro de las fuerzas de seguridad no hace bien su trabajo y cuando se le llama para proteger a un ciudadano se equivoca de calle, el malo se saldrá con la suya. Si un obrero coloca un pilar en medio de una habitación, tendrá que ser derribado muy rápido, porque eso no puede quedar así.
Podría seguir, pero creo que mi tesis está clara: hay profesiones donde las malas y las buenas acciones se notan de modo instantáneo, o muy rápidamente.

Con los maestros no sucede así. Pueden ser rematadamente malos o vagos de solemnidad, pueden tener unas ideas completamente equivocadas, pueden tomar las decisiones más inadecuadas, pero pueden pasar desapercibidos. Incluso, si se saben vender -más aún las ideas que suelen correr por los lares pedagógicos-, pueden parecer exitosos...

(Los resultados no pueden ser la única vara de medir la labor educativa, pero deben contar, porque en el fondo los alumnos los son porque están ahí para aprender -y lo demás debe venir como añadidura-. Lo escribo aunque creo que es materia para otra entrada.)

Lo que se hace en educación solo se nota a medio plazo. Eso es un riesgo, porque a pesar de que las cosas pueden estar haciéndose rematadamente mal, no se nota tanto como debería. Debería hacerse, porque creo que solo así nos pondríamos a remediar el mal que se puede estar haciendo.

La solución es estar muy pendiente, hacer crítica constructiva y empezar a señalar como tales errores garrafales.

Por cierto, creo que si no estamos en situación de emergencia educativa, no andamos lejos. Pero claro, no se nota tanto, y van pasando cursos...

¡Ánimo con el final de curso, compañeros!

domingo, 13 de junio de 2010

Guarderías


Voy a exponer uno de los grandes problemas que tiene la enseñanza en España, sobre todo en las etapas educativas más tempranas. Estas fases, Educación Infantil y Educación Primaria, no son las más conflictivas, pero al ser las primeras marcan la forma en que se desarrollan las cosas después.

El origen remoto de este problema reside en la sobreprotección de la infancia, y en ciertas teorías que quedan muy bien sobre el papel por el sentimentalismo de nuestras culturas.


El problema consiste en que la escuela es tratada como lo que no es. La escuela no es una institución asistencial, como una guardería de niños y niñas que tienen que estar en algún lado mientras los padres ganan dinero, y que además tienen unas personas que se llaman maestros que tienen que proporcionarles experiencias gratas.

La escuela es una institución educativa, con unos especialistas en el modo en que los nuevos ciudadanos deben aprender una serie de tareas que les haga desarrollarse como personas.


A la escuela se va a aprender, para lo que hace falta hacerle caso siempre y en todo a los maestros, que son los que enseñan.

Hay muchos que están confundidos. Primero los que creen que la escuela debe ocupar el lugar de la familia, inculcando valores que ésta ha dejado de transmitir. Segundo los que creen que porque exista internet y sea inmediato el acceso a una biblioteca de Australia para consultar sus archivos no hace falta nadie para guiar al ignorante por el camino del saber.

Mientras lo que preocupe en la escuela sea si los niños son felices y cuáles son los horarios y calendarios para no tener que dejar al nene o la nena con los abuelos... será complicado encontrar el buen camino.

Por cierto, ¿no recordáis que el día de la huelga de funcionarios del 8 de junio de 2010 el problema de los nilos no fue tal porque los papis podían dejarlos con el dired¡ctor y el jefe de estudios. ¿Qué no había clases? Por eso no protestó nadie. Y se supone que es lo grave...

miércoles, 2 de junio de 2010

La crisis educativa


Me ha llegado al correo electrónico este correo en el que se toma postura sobre algunos de los elementos que piden cada vez más maestros para economizar esfuerzos...

(Los momentos de crisis pueden ser oportunidades perfectas para centrarse en los imprescindible, trabajar lo importante y no perder ni tiempo ni dinero en aquellas cosas que deben venir por añadidura. En caso contrario, se trata de un sufrimiento estéril, inútil, absurdo) A saber...


Me comunican compañeros de otros centros que están celebrando asambleas de profesores, a fin de emitir un manifiesto en los siguientes términos:

1. Nos negamos a adelantar, como se pretende, el programa de gratuidad de libros (los de años anteriores están en perfecto estado y supone un despilfarro cuya justificación desconocemos.

2. Pedimos la cancelación de compra de ordenadores para los alumnos de primaria (los del año pasado están aún guardados, sin saber qué uso darles).

3. Sugerimos la supresión de becas, ayudas y programas para alumnos de nulo trabajo e inaceptable rendimiento (supone sembrar en asfalto y desmotivar en el esfuerzo).

4. Solicitamos la supresión de los liberados sindicales y de las subvenciones a los sindicatos. Ha quedado demostrado que negociar con ellos es lo mismo que rubricar en papel higiénico.

5. Exigimos que al acuerdo marco firmado por tres años, se le dé la misma fuerza de ley que a un convenio colectivo.

6. Solicitamos la supresión de las Unidades de programas, los CEP, y los cursos promovidos por los sindicatos; pedimos que se potencie la formación del profesorado a través de internet y que se valoren los excelentes materiales cedidos de forma gratuita por los auténticos profesionales de la enseñanza y que en nada se parecen a los que nos ofertan.

7. Sugerimos que se supriman, por dos años, las actividades extraescolares subvencionadas.

8. Rogamos que se corte el despilfarro de las interminables pruebas de diagnóstico. La enfermedad la conocemos a la perfección a través de las evaluaciones (¡aterrador fracaso escolar!), lo que hace falta es poner el remedio.

9. Exigimos que se consensue, ¡de una vez por todas!, una Ley Orgánica para la Educación que sobreviva a la alternancia en el poder de los dos principales partidos políticos, que se valore el esfuerzo de los alumnos y se potencie la dignidad y la autoridad de los profesores.

¡La primera reforma estructural pendiente en nuestro país es la educativa y si no se aborda con acierto, nunca se sentarán las bases para la capitalización del factor humano, el desarrollo tecnológico, la innovación, la productividad y en definitiva, el empleo!

10 claves de la educación.


AYLLÓN, José Ramón, 10 claves de la educación, Palabra, MAdrid, 2009.

Es un libro muy interesante. En mi blog personal he hecho una entrada en la que comento los aspectos que más me han interesado. PINCHAR AQUÍ.

Es de esos que merece la pena tener en el anaquel de los libros que se releen para tomar un nuevo impulso. El autor es un profesor de filosofía que se encuentra muy sensibilizado para ilustrar a quienes nos encontramos a pie de obra, y ofrece una perspectiva del momento cultural bien fundamentada y nada reduccionista. A veces los filósofos ayudan a despegarse de las cuestiones urgentes y ayudan a centrarse en los problemas más importantes.

Confieso que si los mestros no estamos persuadidos de una serie de cosas, nos será muy complicado ser útiles a nuestra sociedad. Una de ellas es saber más o menos cómo es una persona, para poder ayudar a nuestros alumnos a encontrar el pleno desarrollo de su naturaleza humana. Cosa nada pequeña. Por cierto, pasa a formar parte del apartado que se denomina "lecturas para mestros". El cuadro de honor.

10 consejos de un adolescente a sus padres.


En tiempos de sobreprotección, una autor anónimo publicó en la revista Hacer Familia esta retahila de sentencias llenas de sentido común. Ay si se siguieran...

1. Trátame con la misma cordialidad con que tratas a tus amigos. Que seamos familia no quiere decir que no podamos ser amigos también.

2. No me des siempre órdenes. Si me pidieras las cosas en vez de ordenármelas, yo las haría antes y de buena gana.


3. No cambies de opinión tan a menudo sobre lo que debo hacer. Mantén tu posición.


4. No me des todo lo que pida. A veces pido para saber hasta dónde puedes llegar.


5. Cumple las promesas, tanto si son buenas como si son malas. Si me prometes un permiso, dámelo. Si es un castigo, también.


6. No me compares con nadie, en especial con mis hermanos o hermanas. Si me ensalzas, el otro va a sufrir. Si me haces de menos, el que sufre soy yo.


7. No me corrijas en público. No es necesario que todo el mundo se entere.


8. No me grites. Te respeto menos cuando lo haces.


9. Déjame valerme por mí. Si tú lo haces todo, nunca aprenderé.


10. No mientas delante de mí. Tampoco pidas que yo mienta por ti, para sacarte de un apuro.


11. Cuando haga algo malo, no me exijas que te explique por qué lo hice. A veces, ni yo mismo lo sé.


12. Cuando estés equivocado en algo, admítelo y crecerá mi estima por ti, y yo aprenderé a admitir mis equivocaciones.


13. No me pidas que haga una cosa que tú no haces. Aprenderé y haré siempre lo que tú hagas, aunque no lo digas.


14. Cuando te cuento un problema no me digas "ahora no tengo tiempo para tus tonterías" o "eso no tiene importancia". Trata de comprenderme y ayudarme.


15. Quiéreme y dímelo. Me gusta oírtelo decir, aunque tú no lo creas necesario. Me agrada mucho.


La verdad es que son más bien consejos para padres de adolescentes que para los que estamos a pie de aula. Pero los maestros inquietos sabemos que aunque tratemos con personas de otras edades, aunque la labor de maestro no es la del padre, se puede aprender mucho de ellos. Sobre todo para esa labor taimada y peligrosa de educar a los padres de nuestros alumnos, eso que a veces nos gustaría poder hacer, y que no es de nuestra competencia...
Lo cuelgo aquí para que uno pueda sacarlos a colación cuando hagan falta.